de sentarnos
sobre el teclado.
Miles de post-scriptums:
–No sólo sentarnos, sino...
–Un viento de fealdad que da sed. Cervezas a la una de la mañana en un Frankfurt de la Avenida Pelayo.
–Olas de la provincia de Maule, el «feísmo» en su soberanía. Y repetir: aquel chileno prodigioso que tantas veces habló donde no debía, babeando su desesperada ignorancia del amor.
–Supongo que al decir esto pienso en México.
¡Es un regalo contar con esta bitácora! Bolaño es muy importante, un faro. ¡Mis saludos!
ResponderEliminarRegrese, compadre, regrese...
ResponderEliminarUn abrazo.